Cuaderno de viajes de dos trotamundos del más coruñés de los barrios

jueves, 11 de junio de 2009

Día 10, Los Ángeles: una Estrella en Santa Mónica

Décimo día de viaje. Nos fuimos de Oxnard en dirección a Camarillo, donde había unos outlets enormes en los que, desgraciadamente, nos dejamos la pasta. A ver cómo hacemos mañana para meter todo en cuatro maletas y dos bolsas que llevamos... En fin. Enfilamos por la 101 Los Ángeles, ciudad enorme donde las haya, tiene ochenta kilómetros de este a oeste y algo menos de norte a sur; directamente nos fuimos a Hollywood Boulevard, donde está el Kodak Theater, que es donde entregan los Oscar, a sacarnos las fotos de rigor con las estrellas del Paseo de la Fama. No sé, me pareció una zona un poquito cutre: mucho homeless, mucha pinta rara, aparte de los turistas, tiendas con muy poco glamour... Además, la parte este del boulevard y la de Sunset parecían muy deprimidas, de muy baja calidad en todos los sentidos. Comimos en el centro comercial del teatro (hamburguesa, patatas y aros de cebolla; qué ganas tengo de volver a mi rutina...) y luego nos dirigimos a Beverly Hills por la avenida Wilshire, que medía unos 20 kilómetros, para pasar por Rodeo Drive, que sólo vimos de refilón. Y llegamos a Santa Mónica tras el que supongo normal atasco angelino, lugar precioso y que presume de ser una especie de República Independiente de Los Ángeles. Además, es donde se filmaba la serie 'Los vigilantes de la playa', lo que le da un valor añadido... :-) Tiene una colonia de sintecho muy grande, pero se observan de otra manera: no dan la lata, y la gente parece convivir con ellos. Nos alojamos en el motel Pacific Sands, en pleno downtown de la ciudad y en plena playa también. Situación absolutamente envidiable, pero el motel es la cosa más horrorosa que he visto en mi vida. En todo caso, nos permitió dar un buen paseo por Promenade Dr., que parece ser que es la única calle peatonal de todo Los Ángeles y que es una verdadera maravilla, en cuanto a locales, restaurantes y ambiente. Tomamos una Estrella Galicia en un restaurante español, otra en Hooters, y cenamos en un restaurante muy cuco de Wolfgang Puck, tipo que parece estar muy de moda en USA.
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Mañana ya iniciamos el regreso de nuestro viaje, aunque espero que nos de tiempo a pasar por Venice Beach y por el centro de Los Angeles, antes de devolver el coche en el aeropuerto. Nos quedan unas 48 horas por delante sin apenas dormir, ya que volamos de L.A. a N.Y. de noche, pasaremos un día allí (Dios mío, más compras...) y después volamos, también de noche, a Madrid. Así que supongo que esta será mi última entrada en este blog, desde los Estados Unidos; aún así, colgaré las últimas fotos, vídeos y opiniones cuando ya esté de vuelta, en casa.
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¡Un saludo a tod@s!
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